miércoles, 23 de abril de 2014

Intentan robar a martillazos una pintura rupestre de unos 3.800 años

Antes y Después
La figura humana de la cueva de los Escolares de Santa Elena (Jaén), que es Patrimonio de la Humanidad, ha sufrido daños irreparables
El hombre-golondrina de la Cueva de los Escolares de Santa Elena (Jaén) pintura rupestre Patrimonio de la Humanidad esperó durante más de 3.800 años su destino en la oquedad de una roca, en los riscos de Despeñaperros. Desde el 1.800 antes de Cristo hasta un día de la primavera de 2014: un vándalo entró en la cueva con un martillo y un cincel e intentó arrancar de cuajo la lasca de roca en la que una mano anómina lo pintó en un santuario de antiguos ritos mágicos, religiosos y sexuales. El bárbaro no logró su propósito, pero los daños son irreparables. Y han causado una inmensa indignación en Santa Elena y entre los amantes del arte y la historia.

"Siente uno un dolor inmenso", afirma Benito Navarrete, director de Patrimonio del Ayuntamiento de Sevilla, profesor de Arte en la Universidad de Alcalía y vecino de la zona, pues tiene una casa en la cercana aldea de Miranda del Rey, en término de Santa Elena. Los daños los detectó el sábado por la mañana el guía-intérprete del patrimonio del Parque Natural de Despeñaperros, que acompañaba a un grupo de visitantes, y fue a avisar a Navarrete, asiduo de los abrigos rupestres de la zona.

La Cueva de los Escolares fue descubierta el 3 de marzo de 1973 por un grupo de jóvenes estudiantes que salió al campo de excursión con Francisco García, maestro y cronista oficial de Santa Elena, una eminencia en la localidad fallecido en 2006. La cueva está a una hora andando por la vieja calzada por la que los romanos entraban y salían de la Bética (el Empredraíllo, la llaman los lugareños), en un lugar poco accesible hoy día, por encima del Salto del Fraile, próxima a un pequeño embalse. Más que una cueva, es apenas una oquedad, de metro y medio de profundidad, y metro y medio de anchura y metro y medio de altura.

FIGURA ESQUEMÁTICA

Allí quedó pintada en ocre y de forma esquemática lo algunosinterpretan como la figura de una mujer embarazada. En su blog, Benito Navarrete describe la pintura como "un antropomorfo golondrina con los brazos muy prolongados y unos trazos muy desvaídos propios del periodo esquemático", parte de un conjunto de pinturas rupestres que"son la constatación del especial valor religioso y mágico de esta zona de paso milenaria y ancestral junto a otros ejemplos de la Subbética".

El alcalde de Santa Elena, Juan Caminero, fue en 1973 uno de los niños que acompañaban al maestro Francisco García el día del descubrimiento de la pintura. El sábado pasado también lo sobresaltaron a él con la noticia "Fuimos y aún se veía el polvillo y los trozos de la cuarcita, por lo que suponemos que tuvo que ocurrir poco antes", ha comentado. Parece que el autor o autores "utilizaron un martillo y un cincel con el objetivo de llevarse la pintura", algo que no lograron, aunque sí dejaron "destrozada" esta huella del pasado.

El asunto está ya en manos de la Guardia Civil, si bien debe ser "el organismo competente" en este caso la Junta, quien presente la denuncia. "Es como si nos hubieran arrancado un trozo del cuerpo, lo sentimos como algo nuestro y así se lo inculcamos a nuestros hijos", dice el regidor.

El temor ahora es si hay daños en el resto de pinturas rupestres de la zona. De los 759 yacimientos arqueológicos de arte rupestre con que cuenta España, repartidos entre 150 municipios, un total de 42 se encuentran en Jaén:_uno en Pontones, ocho en Quesada, dos en Santiago de la Espada, dos en Segura de la Sierra, cuatro en Santisteban del Puerto y el resto en los términos de Aldeaquemada y Santa Elena, en Despeñaperros, la zona zona más rica en cuanto a este tipo de arte.

Este patrimonio cuyo origen se pierde en el tiempo (en Jaén la mayoría de los restos está datado entre el 1.800 y el 1.500 antes de Cristo) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998 por su exclusividad, valor documental, fragilidad, vulnerabilidad y por su integración en un paisaje humanizado pero de alto valor ecológico.

El arte rupestre prehistórico mediterráneo se extiende por las sierras litorales e interiores del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, desde Cataluña hasta el extremo oriental de Andalucía. En la zona de Jaén, la mayoría, son pinturas rupestres esquemáticas, con figuras de perfiles simples y tintas planas, que aparecen en abrigos poco profundos y paredes verticales.

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