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lunes, 16 de septiembre de 2013

Tiempo de caza

Dejar atrás El Centenillo. Recorrer los dominios de Nava el Sach mientras los gamos van brincando de aquí para allá. A un paso, La Mariscala, seguir el camino y por el rabillo del ojo de milagro encontrar a un cochino revolcándose en una pantaneta. Y llegar, por fin, allí donde Navalcardo comienza y mis mayores duermen el sueño eterno.


Mi presencia es advertida por una collera de venados que en lo alto del viso clavan su mirada en mí, coronando un enclave que por su belleza es único. El silencio de nuestra Sierra Morena se rompe tan sólo por la berrea, que en la soledad del campo es un disfrute para nuestros sentidos en septiembre.
De vuelta, intento imaginarme lances nuevos que vendrán. Rememoro momentos, posturas de armadas y madrugones de niño para ir a montear de la mano de mi padre, mis tíos y mi abuelo Hipólito. Como yo, seguro, estará el perrero que mientras saca lustre a las campanillas de los collares no quita ojo a los podenquitos que este año pisarán la sierra. O el postor que sabe la traviesa que no fallará en la montería próxima. Y también el taxidermista, y el armero o aquel muchacho que aprovechará la temporada de caza para sacarse un dinero trabajando de camarero en la junta de monteros.


De Sierra Morena a la Sierra de Segura, Cazorla y Las Villas pasando por Sierra Mágina la caza se vive en Jaén con infinita pasión. La caza es conservación, la caza también es un puntal económico de nuestra provincia. Los datos oficiales así lo ratifican un año tras otro y por eso, precisamente por eso, Ibercaza tiene sentido. Una feria que en el calendario anual de Ifeja se espera con paciencia porque es sabido que tras el gigante de Expoliva, Ibercaza genera y se hace necesaria. Entre idénticas citas del sector, esta feria es puntera a nivel nacional. Los jienenses no deben, no debemos dudar ni acomplejarnos en aceptar que Jaén es un paraíso cinegético. Aquí caza desde el más humilde, que por necesidad lo hace para subsistir, hasta quienes pueden permitirse gastar auténticas barbaridades por un puesto de montería. Cosa que por cierto, no comparto.


Es Ibercaza la antesala de la temporada, la cuenta atrás hasta que llegue primeros de octubre y pisar de nuevo el campo, sentir la naturaleza, compartir entre amigos la caza en mano, el ojeo, el cuco o ilusionarse en el sorteo tras rezar por los monteros que nos faltan, por aquellos que se fueron y a los que nuestra patrona, siempre protectora, la Virgen de la Cabeza, les tiene reservado el mejor de los puestos.

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