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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Apicultura.- Importantes retos para el sector tras un año 'atípico'


La labor  de las abejas es imprescindible para la formación de semillas y frutos de la mayoría de las plantas con flor, entre las que se incluyen, al menos, el treinta por ciento de los cultivos del planeta. En la provincia de Jaén, y según los datos aportados por la la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Jaén, son unos 170 los apicultores que, aproximadamente, se encuentran censados en el sector mientras que, con respecto a las zonas fuertes, se encuentra la de Andújar, con unas 23.000 colmenas —aunque las cifras fluctúan según las temporadas—; Mancha Real, con entre 5.000 y 6.000 colmenas, Puente de Génave, con una cantidad similar, mientras que el resto se difuminan por el resto de la provincia.


En el caso de Andújar, produce una media de doscientas toneladas de miel —también oscila cada año—, lo que hace que el municipio iliturgitano se sitúe, según la temporada, como la primera o segunda ciudad productora de Andalucía, junto a la localidad de Hornachuelos. Un noventa por ciento se vende a mayoristas y un diez a granel, al igual que las ceras y el polen, y su miel es exportada a países como Alemania, Emiratos Árabes o Japón, por su gran calidad.
“Es muy importante que la gente consuma miel de aquí de Jaén, porque con esa compra se paga el duro trabajo que los apicultores realizan en los montes”, manifiesta Tomás Torralba, responsable del sector apícola en la provincia de COAG Jaén.
Y es que, asevera, ahora mismo el sector ha salido de un año un tanto “atípico”. “En la tierra se sacó poca miel, y lo que es en la campiña ha habido gente que bien, que regular… y dentro de lo que cabe últimamente es la tónica, porque los años están cambiando” reconoce.
En este sentido, apunta a que en la actualidad se enfrentan a la retirada de muchas colmenas muertas de los apiarios, “lo que es una tónica, sobre todo las que trashuman a las siembras de girasol, puesto que obligados a llevarlas allí porque la sierra saca ahora poca miel”.
Tomás Torralba también indica que las ayudas están cortadas ahora mismo: “Se acabaron los periodos y ahora mismo estamos en el dique seco. La situación un poco descorazonadora”. Un panorama en el que, sin embargo, también tienen cabida las alegrías, y en este punto muestra la satisfacción de la organización por la supresión, desde la Comisión Europea, de cuatro plaguicidas neonicotinoides que resultaban perjudiciales y mataban a las abejas en Europa. “Ahora lo que no sabemos es lo que pasará en los próximos dos años, una vez que concluya la prohibición. Ahí nos queda la incertidumbre”, expone el responsable del sector apícola en la provincia de COAG Jaén.
retos. Ante la actual coyuntura, entre los objetivos del sector se encuentra el de intentar demostrar que estos productos hacen daño, como bien se recoge en un estudio de un laboratorio independiente “y continuar en el trabajo, con los pocos medios que tenemos los apicultores, de que aquí tenemos un problema serio”. Y es que esta situación afecta no solo al apicultor, que obtiene unos ingresos porque vive de ello, “sino que somos los únicos polinizadores que quedan en el campo, lo que es bastante crudo. Hay que tener claro que si no hay polinizadores no hay fruta u hortalizas, que por esta labor la tierra se renueva y se regenera teniendo sus nuevos congéneres, que son la renovación de toda la especie. Por lo que estamos hablando de que no solo el apicultor, sino que es la sociedad en común la que tiene un problema con este situación”. Retos que no son fáciles, y ante los que se sienten como “David contra Golliat”. Pero aunque pequeños y con poca fuerza, muestran su firme intención de luchar por solventar los obstáculos que actualmente se encuentran en el camino para evitar mayores problemas.

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