Sinopsis
En horas bajas, Sergio encuentra una carta entre libros viejos que le lleva a salir de su ostracismo y a conocer, y posteriormente a escribir, la emotiva y complicada historia de Esperanza Arias y Luis Sandoval Rodero en la década de la transición.
Desde el verano de sus ocho años, Esperanza, una niña de ciudad, pasa sus vacaciones entre el pueblo serrano y el cortijo donde viven sus abuelos. Su presencia supone una pequeña revolución en esos contextos. Allí ira tejiendo una red de relaciones y de implicaciones emotivas que le animan a volver cada verano. Su abuelo Juan José se convertirá en una figura entrañable para ella. En ese espacio bucólico, entre riñas y suspiros, comparte niñez y adolescencia con sus primos, con las mellizas y con Luis Sandoval, dos años mayor y nieto de Silvino Rodero, amo de la hacienda del cortijo.
Años después, Luis vuelve por fiestas a su pueblo, donde se encuentra con Esperanza. Ya no es una niña. Y, en el verano siguiente, superando remilgos de falsa familiaridad e incompatibilidades de personalidades muy diferentes, se enamoran, sin tener en cuenta otra cosa que ellos mismos. Un amor de juventud que crece por encima del control que se ejerce en un pueblo y de muchos reparos familiares, pero que no resulta difícil de cercenar para la familia de ella con medias verdades sobre orgullos, traiciones y abusos de poder a los que se vieron sometidos en el pasado por parte de la familia Rodero.
Ya adultos, se reencuentran en la gran ciudad. Cada uno tiene su vida casi hecha y heridas casi cicatrizadas, que no impiden, en un cocimiento lento, se busquen y se amen apasionadamente sobre querellas familiares y otros compromisos. Sin embargo, el pasado se hace presente, rompiendo silencios y haciendo de ese amor cosecha de una historia de desamparo que se sembró en las generaciones de sus padres y sus abuelos, destrozando esquemas vitales, construyendo nuevas identidades, creando imposibilidades, y estableciendo un paralelismo con la versión de sus padres que no sirve para enmendar errores. Nada es lo que parece.
Ni siquiera la tela de araña que el abuelo Silvino ha dejado en su testamento, con toda intención pero sin ser capaz de desvelar secretos definitivos, puede volver a unirlos. En ese momento, casualidades que hacen que una historia adquiera rango de singular, aparece en el pueblo Sergio con una carta que resulta ser de Soledad, madre de Luis muerta doce años antes. Sergio y María, hermana de Esperanza, investigan sobre las circunstancias de la carta, para descubrir los entresijos de una historia que había permanecido oculta por motivos difíciles de comprender, y que abre una puerta enorme a la esperanza. Sin embargo, son muchas las mentiras con carácter de piadosas o de defensa que se han ido añadiendo a otras trabas: Luis tiene una novia y Esperanza tiene una hija.
Como telón de fondo, los cambios sociales durante los años de la transición y el contraste entre el mundo urbano y rural; cómo la mentalidad de pueblo va moldeando personalidades y encorsetando espíritus tan libres como el de Esperanza, hasta que se rompen moldes y salta el escándalo que corre de boca en boca sin más restricción que la catadura moral del correveidile de turno.
ENTREVISTA AL AUTOR
—¿Por qué decidió que iba a dedicar su tiempo a escribir? —Me considero un buen lector, pero a ser escritor he llegado por accidente o por necesidad, o porque la vida es así de puta. Si no estuviera así, como he quedado después de dos operaciones de sendos neurinomas de los nervios auditivo-vestibulares, que me han dejado sordo y muy tocado en otras facultades, quizás no se me habría ocurrido ponerme a escribir.Adopté la escritura como un recurso para acabar con la soledad y la sensación de impotencia que le queda a uno cuando pierde de forma irremediable tantas cosas que formaban parte de la esencia de su vida. He tenido que dar un vuelco a mi vida. Ahora no tengo nada de eso, solo a mi familia, mis amigos más íntimos, mi ordenador y la vida en ficción de mis personajes, que me transmiten la ilusión que necesito para flotar.
—¿Cómo ha sido el camino hasta ver tan cerca de publicarse su primer trabajo?
—Para un autor novel es muy difícil. Cuando has invertido tanto tiempo y has puesto tanto tuyo, al final sucumbes a la idea de publicarla. La familia me animó y mi hija tomó las riendas. Yo no quiero poner su valor en las respuestas de las grandes editoriales, porque todos sabemos que en estos tiempos de crisis ellas apuestan sobre seguro en autores ya consagrados y ni se paran a analizar la producción de un novel. Recibimos varias ofertas de publicación de editoriales menores que me ponían unas condiciones imposibles de aceptar. Incluso, hubo negociaciones con una editorial de Jaén que no llegaron a cuajar. Y estaba decidido a guardarla en el cajón cuando me llegó la propuesta de la editorial “Ahlulia”, una editorial sencilla, pero con gente que ha sabido apreciar los valores de la novela y confiar en ella.
—¿Por qué “Del desamparo a la esperanza” no se encasilla en ningún género literario ?
—La novela tiene mi propio estilo. El género de esta es lo que no tengo claro. Cuando me lo han preguntado mis amigos, siempre he tratado de definirla por lo que no es, y acabo concluyendo que es una novela de sentimientos; no sentimental, por las connotaciones que tiene esa palabra con romántica. Una verdadera sinfonía de sentimientos que igual puede hacerte reír, que enfurecerte con las reacciones de algunos personajes, que llorar, como mi mujer, en algunos pasajes; esto depende de la sensibilidad de cada cual. Pero que espero que llegue al gran público.
—¿Su profesión de profesor le ha servido a la hora de escribir?
—La educación, que ha sido siempre mi verdadera vocación, tiene sus interferencias positivas a la hora de escribir. Yo he sido primero maestro y luego psicopedagogo. Empecé escribiendo en la escuela pequeños autos teatrales, que solo tenían la intención de hacer participar a mis alumnos. Aprendí a ser mejor educador cuando estudié Psicología y creo que a la hora de escribir esta novela me ha servido bastante para analizar y dar congruencia a los personajes que he creado.
—¿Qué podemos encontrar en “Del desamparo a la esperanza”?
—Nada que ver con la educación, aunque desde los valores que transmite se podría considerar que está relacionada. Al principio, cuando empecé a escribir, no había intencionalidad de hacer una novela. Luego ideé una trama que fue consumiendo muchas horas de esas que yo precisaba llenar, hasta que me di cuenta, por el volumen de lo escrito, que todo no cabe en una novela. Entonces vino la etapa más difícil: recortar sin perder la congruencia. Al final, he conseguido una trama que creo que tiene valores para atrapar al lector que empiece a leerla. No soy el más indicado para decirlo, pero si tengo que hacer caso de los que la han leído, sé que gusta.
—¿Y ahora qué espera?
—Creo que, con una adecuada promoción, la novela podría llegar lejos, y eso es lo que espero de la editorial. Pero, sobre todo, que empiece a funcionar el boca a boca, porque la mayoría de las personas que la lean podrían estar dispuestas a recomendarla a otras. Es la novela que a mí me hubiera gustado leer de no haberla escrito yo.
Puedes Comprar La novela en este acto en la web oficial para que te la manden a casa
FUENTE :DIARIO JAEN
FUENTE :DIARIO JAEN
No hay comentarios:
Publicar un comentario