TOROS EN LA PUERTA VER ÁLBUM COMPLETO EN FACEBOOK |
Así viene ocurriendo desde los festejos de las Villas, remarcando Villanueva del Arzobispo y Villacarrillo, donde nuestros toreros ya apuntaron. Y decimos "nuestros", en plural, porque los aficionados de verdad seguimos a más de uno, ¿o no?. Suerte tenemos por ello, ya que los astros, las esforzadas criaturas que les apoyan y su arte valeroso nos los tienen aquí, para nuestro regocijo, para alimentar esa extraña sensación ardiente que experimentamos en las tardes de toros, con más o menos kilómetros a las espaldas, sabiendo que esta conjunción de toreros serranos no tiene precedentes. Y así ha sucedido en la Feria puertense, la de San Mateo, la sucesora de aquella de ganado tan concurrida en otros tiempos, como la de San Miguel de Siles, con su plaza octogonal de la calle San José, la del cine de verano. Y es que aquella Feria de La Puerta tenía un aliciente fundamental que eran las corridas de toros, a las que acudían familias, marchantes y aficionados de todos sitios. ¡La vida y los bolsillos que se movían!.
Ahora, veintisiete años después, merced al empeño municipal, inicia su andadura la nueva Plaza de Toros fija, que albergó el sábado un brillante Festival Benéfico, sin picadores, dejando un estupendo sabor taurino y beneficios que rondan los once mil euros para avanzar en las obras que precisa el nuevo coso. Unas 1.200 personas quisieron contemplar el evento, que contó con las donaciones de los novillos lidiados en cuarto y sexto lugar, de Samuel Flores y Clemente Parra. Junto a los otros cuatro, de Los Chospes, ofrecieron bravura y buen juego, mostrando más dificultades el tercero de la tarde, que cabeceó, quedándose a medio viaje y colándose por el pitón izquierdo.
Los diestros, que tuvieron el gesto de hacer el paseíllo sin percibir nada (tan sólo los gastos de cuadrillas y seguridad social), estuvieron a gran altura, toreando con templanza, variando sus repertorios y transmitiendo positivas sensaciones por encima del encaramado y seguro callejón de la nueva Plaza. Carnicerito de Ubeda se gustó en su faena ante el flaco de la tarde, hizo cinco intentos con la espada y dos descabellos: 1 oreja. Martín de Vidales mostró sus recursos y su torería, media, pinchazo y estocada: 2 orejas. David Valiente, que brindó a su pareja encinta, solventó la papeleta de su oponente, que lo buscaba como el que viene enseñao, media estocada, descabello certero: 2 orejas. Alberto Lamelas, con el de Castillo de Montizón, hierro de segunda de Samuel Flores, que se lo pensaba para arrancar al principio, estuvo en su línea centrada de esta estupenda campaña; toreó muy despacito, muy largo y con poderío absoluto, con su derecha y al natural. Gran estocada: 2 orejas y rabo. José Carlos Venegas quiso seguir la tónica de esta buena tarde, se enceló, se arrimó y construyó una faena singular con tandas que evolucionaban por terrenos de sol para satisfacción de los tendidos. Pinchazo y estocada: 2 orejas y rabo. Javier García “El Mayoral” toreó con muchas ganas, muy cerca de su casa, poniendo banderillas a un buen novillo de Clemente Parra, compartiendo el tercio con Vidales y Lamelas. Hizo gala del arte y el valor que atesora culminando con un pinchazo y una estocada hasta la bola, concediéndole el Presidente, el concejal Jesús Cózar, 2 orejas y rabo, los máximos trofeos.
La determinación del Equipo de Gobierno Municipal que preside Jesús González, cogiendo el toro por los cuernos, y organizando este festejo que será recordado como el inicio de la andadura de la nueva Plaza de Toros puertense, junto a la aportación de ganaderos, toreros y público, han dado fruto en esta Feria de San Mateo 2013, que además ha contado con encierros de vaquillas y novillos. La disfonía del alcalde tiene justificación al tener que lidiar en varios frentes; pero esta vez, las pretendidas y cuestionadas empresas taurinas no se han llevado cacho. Éxito y alegría que redundarán en la culminación de una ilusión mayúscula, el avance de la construcción del nuevo coso en esta tierra serrana y taurina.
La alegría de este festejo redondo, en un nuevo templo abierto a la Tauromaquia, con un anillo precioso de 32 metros de diámetro, con su estribo perfilado, su Banda de Música sonando primorosamente bajo la batuta de Alberto Navarrete Andújar, las dos mulillas blancas de Pepillo con la ayuda de Luís Carrasco, ese impecable alguacilillo llamado Jose Carrasco Guzmán y Tiburcio como arenero, con su equipo de meritoria labor, contrastan con el desatino recurrente de una Feria que no tiene ubicación, sin recinto ferial, con un caos circulatorio para rezar, con puestos y casetas en su avenida principal, por donde han de pasar todo tipo de vehículos, incluidos tractores, autobuses y camiones, a la par que enganches, caballos y viandantes. La diversión se procura entre todos: empresas, bares, peñas y Ayuntamiento, pero es al Consistorio, con una ordenación coherente, escuchando a los vecinos, a quien corresponde tomar decisiones de una vez para dejar de sufrir lo que se supone es una fiesta, abandonando por fin, la pesadilla de esta Feria Imposible.
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