Aunque la campaña no se generalizará hasta dentro de un par de semanas, ahí fuera ya hay muchos olivareros y muchos jornaleros vareando. Según el aforo de la Junta, los sesenta millones de olivos de Jaén 'acaparan' 3,2 millones de toneladas de aceituna. Por este motivo, ante la inminencia de que la gran fábrica del aceite de oliva entre en funcionamiento más pronto que tarde, las fuerzas del orden y las organizaciones agrarias, auspiciadas por la Subdelegación, han celebrado esta mañana una reunión para valorar todo el dispositivo para evitar dos cosas importantes: el hurto de aceituna –la pasada campaña se sustrajeron 180.000 kilogramos y se recuperaron 35.000– y que todas las contrataciones se ajusten a la legalidad.
Vayamos por partes. Para evitar que los 'amigos de los ajenos' campen a sus anchas se ha pedido, en primer lugar, la colaboración de los agricultores, a los que se les pedirá que anden con mucha preocupación con el depósito del fruto hasta su traslado a la fábrica –unas pocas horas– y que pongan en conocimiento de la Guardia Civil y de la Policía Nacional cualquier hurto o cualquier movimiento sospechoso por las fincas, sean propias o ajenas. También se les instará a que aporten una foto aérea (SIG-PAC) de los límites de las plantaciones para mejorar la vigilancia. Se trata de una medida experimental que si da buen resultado, se reeditará en años venideros. A todo ello habrá que sumar la labor de control de los agentes.
Refuerzos
Además de los números a caballo, en esta ocasión la novedad es que habrá dos patrullas Roca de refuerzo, con sede en Úbeda y Martos, formadas cada una por cinco efectivos. Un amplio despligue por las explotaciones y también en otros puntos. En el caso de las almazaras, ayuda mucho que se trate de cooperativas y de que toda la mercancía que entre esté fiscalizada. Donde sí habrá un 'marcaje' estrecho es en los puntos de venta, donde es más sencillo colocar partidas robadas. Se exigirá un libro de registro para certificar que todo lo que se adquiere es legal.
Desde el punto de vista laboral, «habrá dos o tres inspectores visitando los tajos», ha señalado el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo. Se solicitará la documentación para comprobar que no se está produciendo fraudes como estar trabajando y, al mismo tiempo, cobrando la prestación, el subsidio o la ayuda. Para ello existirá un intercambio permanente de información entre la Seguridad Social y la Inspección de Trabajo, cuyas bases de datos ya están cruzadas y advierten, de forma automática, de que puede haber algún tipo de anomalía. Juan Lillo también ha anunciado hoy que, tras consultar a las asociaciones del campo, se ha establecido el 1 de marzo como fecha de inicio de la rebusca, tal y como figurará mañana en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP).
Vayamos por partes. Para evitar que los 'amigos de los ajenos' campen a sus anchas se ha pedido, en primer lugar, la colaboración de los agricultores, a los que se les pedirá que anden con mucha preocupación con el depósito del fruto hasta su traslado a la fábrica –unas pocas horas– y que pongan en conocimiento de la Guardia Civil y de la Policía Nacional cualquier hurto o cualquier movimiento sospechoso por las fincas, sean propias o ajenas. También se les instará a que aporten una foto aérea (SIG-PAC) de los límites de las plantaciones para mejorar la vigilancia. Se trata de una medida experimental que si da buen resultado, se reeditará en años venideros. A todo ello habrá que sumar la labor de control de los agentes.
Refuerzos
Además de los números a caballo, en esta ocasión la novedad es que habrá dos patrullas Roca de refuerzo, con sede en Úbeda y Martos, formadas cada una por cinco efectivos. Un amplio despligue por las explotaciones y también en otros puntos. En el caso de las almazaras, ayuda mucho que se trate de cooperativas y de que toda la mercancía que entre esté fiscalizada. Donde sí habrá un 'marcaje' estrecho es en los puntos de venta, donde es más sencillo colocar partidas robadas. Se exigirá un libro de registro para certificar que todo lo que se adquiere es legal.
Desde el punto de vista laboral, «habrá dos o tres inspectores visitando los tajos», ha señalado el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo. Se solicitará la documentación para comprobar que no se está produciendo fraudes como estar trabajando y, al mismo tiempo, cobrando la prestación, el subsidio o la ayuda. Para ello existirá un intercambio permanente de información entre la Seguridad Social y la Inspección de Trabajo, cuyas bases de datos ya están cruzadas y advierten, de forma automática, de que puede haber algún tipo de anomalía. Juan Lillo también ha anunciado hoy que, tras consultar a las asociaciones del campo, se ha establecido el 1 de marzo como fecha de inicio de la rebusca, tal y como figurará mañana en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP).
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