Las chicas de la Selección femenina de waterpolo. |
—¿Qué supone este premio para una Selección que lo ha ganado prácticamente todo?
—Supone mucho y, además, nos hace especial ilusión porque es un premio que escogen los aficionados, y eso demuestra que el waterpolo femenino comienza a estar presente entre la gente. Es bonito que valoren y voten a un deporte que no tiene tanto tirón mediático. Pero la afición nos tiene en cuenta y eso es lo más bonito para un deportista.
—¿Le pueden pedir algo más a esta temporada?
—No. Para todas fue un año perfecto. Quedamos campeonas del mundo con la Selección, en nuestra casa, pasando por encima de todas las rivales, algo con lo que soñábamos antes de la competición. Y, además, con el CN Sabadell ganamos los seis títulos en juego, en especial la Champions. Aunque no todas las de la Selección pertenecemos a ese club, fue una muestra del poder de este deporte y de que a día de hoy contamos con el mejor equipo de waterpolo.
—Si ya lo han ganado todo, ¿de dónde sacan la motivación para seguir arriba y consiguiendo podios?
—Nos lo pasamos muy bien, así de simple. La motivación surge sola cuando nos juntamos todas en la Selección. No tenemos miedo a nada y queremos disfrutar de cada partido que nos toca jugar, porque sabemos que el éxito puede ser efímero si no nos lo tomamos en serio. Además, muchas compartimos vestuario en los clubes o llevamos muchos años conociéndonos.
—Quien personifica el gran año es usted, escogida mejor jugadora del Mundial y de toda Europa. Además, estuvo presente en todos los éxitos. ¿Se lo cree?
—No le puedo pedir más a estos últimos dos años. Tengo 29 y he vivido muchas cosas, buenos y malos momentos, pero ahora estoy en el mejor momento de mi carrera y viviendo experiencias únicas. He luchado siempre por estar aquí. Estoy muy feliz.
—¿Y cuánta cuerda le queda teniendo en cuenta que es la mamá, la veterana, la capitana?
—Muchísima. A Río, en 2016, llego seguro, pero después ya veremos qué sucede. No quiero pensar en ello porque estamos en un gran momento y queremos disfrutar de cada competición, saborear lo que estamos consiguiendo.
—Ustedes son la generación de oro del waterpolo femenino, como lo fueron los chicos en los 90. ¿Por debajo las nuevas generaciones aprietan fuerte?
—Llegar es muy difícil, pero sabemos que mantenerse lo es todavía más. Esta Selección tiene cuerda para rato y las de abajo vienen fuertes, porque el equipo júnior ha sido subcampeón del mundo y de Europa. Hay futuro en este deporte.
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