Desde Sort, en Lleida, el empresario Juan Antonio Herrera Sola, había traído la fortuna a los vecinos. Una hija del conocido panadero, Patricia, se fijó y eligió el número. “Los Perolillas”, los panaderos más famosos, repartieron 180 millones de euros, una inyección económica en Beas de Segura. Aunque la suerte también viajó por otros lugares, como Benidorm, Comunidad Valenciana.
Desde entonces, jugar a la Lotería de Navidad es algo especial en Beas de Segura. Por un lado, se piensa en repetir, y por el otro, que la suerte caiga en los que se quedaron a las puertas de la alegría por distintos motivos. El 54600 se ha convertido en testigo de muchas historias, buenas y malas. Porque no siempre la fortuna se tradujo en felicidad. El cobro de los premios fue muy rápido, así como el desembolso del dinero en turismo, “caprichos” para regalar en los Reyes Magos, inversiones empresariales, y, en muchos casos, la compra de pisos, casas y apartamentos, al margen de las numerosas obras que se llevaron a cabo.
Una década después, el Gordo de Navidad encierra historias que no cesan de ser compartidas en las reuniones y conversaciones. Algunos rechazaron el número por feo, la terminación 00 no fue del agrado de muchos. Otros no se tropezaron con “Los Perolilas”, y si lo hicieron, optaron por otro de los números que vendían. El número premiado se vendió en varios establecimientos hoteleros, donde muchos clientes los vieron colgado, pero no compraron. Pero no siempre el premio, se tradujo en felicidad, la Justicia, tuvo trabajo y algunos de los premiados no rentabilizó sus inversiones.
Para el sorteo del próximo lunes, Juan Antonio Herrera, el panadero conocido como “El Perolillas”, ha repartido otro número en busca de la suerte. Se trata del 55473. Bajo el título “Han pasado 10 años. ¿Repetimos?”, la cifra que llega, de nuevo, de la administración de Loterías de La Bruja de Oro, en Cataluña, pretende coger el relevo del 54600.
Las ventas han tenido repunte. La comarca de la Sierra de Segura, juega más. Al “Perolillas”, ya no le quedan décimos, pero la ilusión sigue firme hasta el lunes.
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