domingo, 14 de diciembre de 2014

Los alimentos ya tienen que especificar el tipo de aceite que contienen

Como la información proporciona, a fin de cuentas, más libertad a quien la recibe, los consumidores del Viejo Continente tienen ahora más datos para decidir sobre los productos que compran. El nuevo sistema de etiquetado obligatorio de los alimentos en toda la Unión Europea entró ayer en vigor. Una de sus consecuencias es la obligatoriedad de informar del tipo de aceite que lleven los alimentos. Así, las etiquetas ya no se pueden limitar a decir, por ejemplo, que el aceite es vegetal; deberán especificar si es de oliva, de girasol, palma o cualquier otro.



El sector oleícola jiennense celebra la vigencia de la norma, pues considera que la normativa es buena para todos: consumidores y productores. Así lo entiende Luis Carlos Valero, gerente y portavoz de Asaja-Jaén. “A pesar de que la palabra aceite de oliva se asocia con calidad y salud en el mundo entero, incluirla en los alimentos es un refuerzo positivo para el sector del aceite y para el de la alimentación en general. Estamos convencidos de que el consumidor comprará con más tranquilidad el producto que tenga aceite de oliva a cualquier otro tipo de grasa”, expresa Valero. Insiste, además, en que todo lo que sea especificar en el etiquetado es “digno de aplauso”. Confía en que los productores de alimentación respeten la normativa ya vigente.
Ángel Sánchez, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sierra de Segura, también expresó, en declaraciones a Diario JAÉN, su satisfacción por el sistema de etiquetado obligatorio en la UE. “En lo que respecta al aceite, está claro que es positivo tanto para los compradores y consumidores como para quienes lo elaboramos. Estoy de acuerdo con su implantación”, señaló Sánchez.
El discurso de Enrique Martínez, presidente del Consejo Regulador de la DO Sierra de Cazorla, apunta en la misma dirección que su “colega” de la Sierra de Segura. “Todo lo que suponga aportar más información me parece interesante. Es una garantía para el consumidor y un respaldo para quienes hacemos las cosas bien”, manifestó Martínez.
Además del tipo de aceite, las etiquetas ya tienen que especificar otro tipo de cuestiones: el origen de las carnes comestibles mientras que hasta ahora solo era obligatorio indicarlo en el vacuno, el tipo de grasas de un alimento, el detalle, claro y bien destacado, de los alérgenos que contiene, entre otras. “Tendremos más información, y esta afectará también a los restaurantes: comer fuera será más sencillo y más seguro para quienes padecen alergias o intolerancias”, expresan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
valoración. El colectivo interpreta la medida como un avance significativo. No obstante, dice que hay “luces y sombras” tras la normativa. “El Reglamento prevé una serie de alimentos que quedan exentos de incluir todas las menciones obligatorias. Entre ellos están los envases cuya superficie mayor sea inferior a diez centímetros cuadrados, como por ejemplo un paquete de chicles: solo estarán obligados a indicar, además de la denominación del producto, la posible presencia de alérgenos, la cantidad neta y la fecha de caducidad”, expone la OCU. Asimismo, las bebidas alcohólicas también están exentas de incluir información nutricional y lista de ingredientes. “En este caso no se trata de una cuestión de tamaño. Por lo tanto, no hay motivo para que los fabricantes no informen de la composición de estas bebidas”, indica la organización.
Una de las mejoras que demandaban la OCU y otras asociaciones que protegen al consumidor es un mayor tamaño de letra (tres milímetros), que al final ha menguado hasta 1,2 milímetros. Por otro lado, la OCU subraya que quedan pendientes definir “lo antes posible” valores de referencia para niños. “Sin ellos no se pueden calcular bien las cantidades diarias recomendadas; en productos dirigidos a los menores se emplean valores referidos a adultos. En ese caso, la información nutricional no es de mucha utilidad”, explica. La OCU, sin obviar las mejoras que conlleva, hace una interpretación realista de la nueva normativa: “En la redacción final del reglamento europeo la balanza no siempre se ha inclinado del lado del consumidor”.
Habrá más cambios más datos a medida que pase el tiempo, según señala la OCU. Así, a partir de abril de 2015, la información y el etiquetado de los alimentos deberán indicar los países en los que los animales (cerdos, cabras, ovejas y aves) son criados y sacrificados. Y desde diciembre de 2016 será obligatoria la tabla nutricional en “la parte posterior” de los envases.

FUENTE:DIARIO JAEN

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